Lo prometido es deuda, hoy los vicios y sus virtudes en el salvaje oeste, no seria de extrañar que las aventuras de tu alter ego en sus aventuras en el oeste le llevasen a una partida desperada de cartas, o compartir habitación con una chica de burdel, o a un fumadero de opio.
El salvaje oeste abundaban los vicios, el mas común de ellos era el alcoholismo, la bebida era casi obligatoria para los colonos, lo necesitaban para sobrevivir, servia para acallar el dolor, matar el tiempo y mezclado con el agua podía purificar el agua, así que fue el primer vicio en llegar, traido por los occidentales, el wiski, el ron, la ginebra y la cerveza, eran las reinas del salón seguidas por la zarzaparrilla y otras bebidas, cuanto más se va hacia el oeste menos variedad había, y más sucumbían al alcohol.
"En Caunty Star hay tres salones cada uno de ellos mas cutre que el anterior, el mas cutre de todos esta frente a las cudras, es un edificio de una única planta, de tablones de madera, las ventanas están siempre cerradas, con sus postigos de madera, y la puerta es una mera cortina, el local tiene sobre su puerta el cartel "Gears and son" aunque nunca hubo un señor Gears al mando, y el nombre proveneia de una tienda anterior, los parroquianos del local mueven la cabeza discretamente y gruñen, para Nelly Moon aquel lugar era el paraíso, la cerveza aguada era barata y los rumores corrian siempre por cuenta ajena, los buscadores de oro del Star river usaban aquel garito por ser el más cercano a las parcelas que ocupaban, en una mesa lúgubre en la esquina del local Molly acariciaba las cartas de póker que tenia en la mano, sus hombres se habían diseminado por todo el local bebiendo o jugando.
El autómata libre deposito una pepita de oro sobre la mesa, subiendo la apuesta, el irlandés frente a Nelly vio la apuesta y el buscador de oro que jugaba antes que Nelly se rindió, Nelly doblo la apuesta sacando uno de los pequeños lingotes del robo del banco la semana pasada, lo coloco sobre la mesa, hubo un cruce de miradas, el autómata se rindió, dejando sus cartas boca a bajo, el irlandés destellaba oído y codicia en sus ojos, un movimiento ágil permitió al irlandés sacar una reina de su manga, y anuncio Dobles parejas, sietes y reinas, Nelly que sostenía sus cartas sonrió, había visto el cambio de cartas, sus ojillos astutos no se perdían nada, agarro la mano del tahúr, asiéndole por la muñeca y sacando con dos dedos una carta.- Amigo, es usted un tramposo.-La voz de Nelly era de todo menos amistosa, el hecho de que su otra mano se hubiera escondido bajo la mesa y reapareciera con su revolver que entraba con violencia por las fosa nasal del tahúr- Creo que yo gano- anuncio más jocosa, mientras soltaba la mano y arrastraba el dinero y las piezas de oro hacia sí. lanzo una pieza de oro al barman tras el mostrador que ya volvía a guardar su bate,-Una ronda de cervezas para todos- grito Nelly."
junto con la bebida los otros vicios son el juego y la prostitución, ni que decir tiene que los tahúres abundaban, así como los jugadores profesioanles y los jugadores de la casa, que jugaban con dinero de un patrón a fin de que alguien siempre estuviera sentado en las mesas. en cuanto a los prostíbulos había de toda la calaña, desde locales de lujo en los que el medico visitaba con frecuencia a las trabajadoras hasta carromatos que seguían las filas del ejercito o a los trabajadores del ferrocarril, había profesionales libres proxenetas y esclavos, indias vendidas y en un mundo Steampunk cabria esperar que también haya autómatas
"Ganar al póker siempre ponía a Nelly nostálgica, tiro sus cartas a un lado mientras abandonaba el salón, la cerveza aguada regaba su cuerpo, había derramado tanta fuera como dentro, y cuando estaba así siempre acababa encaminando sus pasos hacia el burdel, El "Tres rosas" era su lugar favorito, era caro y bonito y a diferencia de los demás a las prostitutas no las importaba demasiado que Nelly fuese mujer o hombre. La directora del local la Señorita Alice Capplan tenia un lema, y este es, "Solo importa el dinero" además era una mujer agradable capaz de leer los deseos de su clientela, Wilber el segundo de Nelly solia decir aquello de "Pobre del hombre que se encame con ella" y en ese momento según veía como Nelly caminaba por la calle principal debió murmurar esa frase a sus compañeros que estaba atendiendo sus asuntos.
Entro en el local, Alice la miro de arriba a abajo, y con un gesto suave ordeno a Sybil que se encargase, pocos minutos después el agua del baño cálido estaba preparado, Nelly notaba como el agua hinviente desgarraba su piel y las suaves malos de Sybil la frotaban la espalda"
La próxima entrada la dedicaremos a los indios y el medio natural, la fauna y la flora, espero que os guste y animaos a comentad.
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