Elsa dormía plácidamente por primera vez en mucho tiempo, desde que Timothy, su hermano mellizo se había marchado hacia cinco años, y con su ausencia su familia se estaba volviendo cada vez más loca, no es que la familia fuera un ejemplo de cordura, el clan había venido del viejo mundo con el sueño de ser rancheros, pero espoleada por una orden de detención contra varios de los miembros, y desde luego no por el sueño de ser rancheros, que al fijar su residencia en la salvaje Texas se perfilo como un terreno cercado, con una docena de cabezas de ganado, no obstante las habilidades del clan en estos menesteres no habían brotado de la nada, por lo tanto los inviernos habían sido duros, y el hambre les había devuelto a sus antiguos hábitos, rezar de manera dominical, robar y asesinar, se habían convertido en un quehacer. la desnudez de su pálido cuerpo sobre la cama de sabanas blancas contrastaba con las caídas mantas, tenia las piernas cruzadas, durmiendo sobre el costado con la espalda mirando hacia la pared, sostenía un pistola colt army cargado, no por miedo a los desconocidos, si no por precaución frente a su propia familia, Sin Timothy la familia se embrutecía más con cada nueva luna, y en el estado actual el clan parecía toda una organización criminal.
-Mierda- Grito la voz embrutecida y femenina, proveniente de una mujer gruesa de rostro vil y picada de viruela, su acento irlandés y campesino, a su mandíbula le faltaban muchas piezas,- Despierta, Mierda,- Miro por encima de su hombro, y después volvió a mirar a Elsa que dormía plácidamente- ¡Joder!, Despierta,- señalo por la ventana- tus primos, han vuelto a prender fuego al gallinero.
Elsa se desperezo, se tapo con la sabana, rebusco entre la ropa desperdigada por el suelo, se puso una falda ajada y roja y una blusa que en otros tiempos fue blanca con cuello de barco, camino con andares elásticos, salió de la estancia poniéndose el cinto con la canana, sus pies descalzos pisaron sobre el embarrado suelo, la luz del amanecer empezaba a brillar, y el pequeño gallinero ardía con vivacidad, los mellizos gritaban con alborozo, riéndose de las ardientes gallinas y mirando explotar huevos.
Elsa pego un tiro al aire,- ¡Alejaos de ahí!,- grito, y mascullando añadió- malditos monstruitos.- recobrando su tono de voz anterior, mientras apartaba los mechones rojos de su rizado cabello de su rostro,- ¡Y apagad a las putas gallinas!, a ver si sobreviven un par, para poder desayunar huevos.
Los mellizos giraron sus rostros iluminados por el creciente fuego, sus lampiños rostros surcados de pecas y sus dientes de conejo mostraban una mueca de cruel placer, cincelada en sus rostros sonrientes.
Las volutas de humo del carromato automotor que desfilaba por el camino pasaron desapercibidas, un operario alimentaba la caldera con troncos mal cortados, el quitapiedras en cuñas soltaba cantarinas chispas al embestir las rocas del camino, los ojos del piloto cubiertos con anteojos de protección, ceñidos con una correa de cuero a su barbudo rostro, la gorra de artillero, ajada y polvorienta, su saliva caía por la comisura de su barbudo labio, el icor rezumante y negruzco, el tabaco que mascaba salía con espumarajos, mientras vociferaba ordenes al fogonero. El artillero abrió la portezuela del techo del vehículo, trepo al techo y se encaramo a las ametralladoras maxim, dos ametralladoras gemelas unidas a un mismo eje, escupiendo hasta siete balas por segundo cada una, de manera simultanea, dos hombre mas, vestidos con casacas grises armados con rifles de repetición se asomaban a las ventanas, El vehículo describió una curva cerrada, arremetiendo contra el murete, las piedras salieron despedidas, los tablones en llamas, las gallinas, y algunas plumas salieron despedidas.
Los mellizos se lanzaron hacia los lados para evitar ser atropellados, sus caras dibujaban la sorpresa, mientras corrían despavoridos hacia la casa. -!Ranger de Texas¡- grito el piloto- ¡Todos los miembros del clan O´reily se consideran proscritos, acusados por multiples robos y asesinatos, incluyendo el robo del banco San Antoni first bank y el asesinato de tres oficiales del gobierno.
Elsa alzo la pistola, aquellos hombre en el vehículo tenían un aspecto horrible, polvorientos, crueles y amenazadores, pero no le daban tanto miedo como su padre y sus tíos, apretó los dientes, y jalo el gatillo.
Un sonoro "clonc" se hizo eco por el rancho, el silencio que continuo como preludio del inferno duro tan solo un segundo, después las balas volaron, el artillero disparo haciendo ráfagas largas que barrian el suelo, un burro agonico rebuzno, las gallinas cloqueaban con violentos estertores. El pesebre de hierro volcado otorgaba refugio a Elsa, que contaba los disparos que realizaba, -tres- dijo para para si mientras se levantaba, disparando contra el artillero, volvió a refugiarse tras el muy abollado pesebre,- cuatro- prosiguió con su cuenta, mientras volvía a disparar contra el artillero, esta vez abatiéndolo con un disparo en el abdomen.
Una ultima ráfaga surco el suelo, de mano del artillero muerto, que pendía colgado sobre la ametralladora, el piloto maniobro para dar mejor angulo de tiro a sus compañeros, mientras seguía disparando su revolver de manera incesante, mientras los mellizos se intentaban encaramar al costado del vehículo, armados con barrenos de dinamita que acaban de recoger de la caseta de herramientas, Jonás el mayor de los dos, se había encaramado a la caldera, haciendo un agujero al tablón de marera de sostén con la zapa a la que se aferraba con total violencia, mientras buscaba donde colocar el pie para escalar hasta el fogonero, que había dejado de alimentar la maquina para agazaparse con una escopeta en la mano, Jonás hizo un gesto con la mano, su hermano le arrojo el cartucho de dinamita, que Jonás cogió al vuelo con reflejos felinos.
el vehículo viro, entrando en el rancho por completo, choco con el cercado de las ovejas y siguió su camino arrastrando los palos de madera y el alambre que los mantenía juntos, choco contra la choza del tío Cyrus y atravesó con el quitapiedras la esquina de la casa, antes de quedar empotrado contra la chimenea, bajo el quitapiedras la madre de Elsa agonizaba con una costilla perforada, El fogonero reparo en la presencia del joven muchacho y descargando uno de los cuatro cañones de la escopeta lo despidió volando del tender, el cartucho de dinamita quedo entre el carbón y la leña, el joven pirómano de bruces sobre el corral de los cerdos derramaba sus entrañas, mientras su hermano ajeno ha este hecho colaba un coctel molotov por la ventana del compartimento impactando contra uno de los tiradores del vagón, las llamas saltaron por el suelo de madera, brincaron por las paredes del vagón, volviéndose contra su causante y quemando su manga, y reptando por su torso, haciéndole gritar, y retorcerse en el suelo, rodando por el suelo de tierra.
El piloto giro en redondo, intentando retroceder, cuando Elsa, contando hasta seis y saliendo del refugio descerrajo un tiro al piloto, que recibió un tiro en la oreja, cayendo fatalmente sobre el volante, una de las ruedas del carro se rompió contra una roca, el vehículo derrapo sobre las rocas antes de parar en seco, el hombre que agonizaba en llamas dentro del tercer vagón grito de dolor mientras su colega intentaba ponerse a salvo de las llamas, salió los puerta que daba al Tender, y se agazapo mientras recargaba el rifle de repetición, intercambio miradas con el fogonero y en un ultimo acto desesperado ambos se asomaron a la vez para disparar contra cualquier superviviente.
El ascua de la caldera salpico al carbón y una chispa breve hizo prender el cartucho de dinamita que con su explosión empujo al fogonero contra la pared de la cabina, machacando su cabeza contra el tiro de la chimenea, la sangre broto de la herida, y la conmoción nublo su vista, un disparo descerrajo el aire, y después otros tres, el ultimo Ranger de Texas dejo caer su rifle, un disparo certero del segundo cargador de Elsa, que ya a voz en grito anunciaba- Nueve- desgarro su hombro, Elsa caminaba apuntando con su revolver esperando ver asomar a tirador, cuando este asomo el sucio bombín con sus manchas de hollín que dejaba el fieltro marrón en color negruzco, apunto y cuando estuvo segura disparo, la bala entro por la base del cuello, provocando que el tirador callera de bruces, sangrando profusamente sobre el carbón que se tiño de roja sangre.
El fogonero recupero la vista, se encontraba desarmado, en un interior, solo vestia sus calzones largos, la estancia era lúgubre, solo un candil alumbraba la cabaña de una única estancia, sentada frente a el en un taburete descansaba la mujer pelirroja de cara pecosa y piel nivea, mirando por la ventan de parte en parte con el rifle de repetición apoyado contra el hombro, con gesto mustio y suspicaz.
-Bien ya has desertado,- dijo acercándose- solo ha sido un golpe, se amoratara, pero vivirás- sus labios se fruncían como un mohín- y ahora que te recuperas te marcharas, y les dirás a todos que mataste a todos los miembros de la familia O`reily, y esperaras a que mi padre, Jhon, mi tío Cyrus y mis hermanos te den caza como un perro, o te marcharas y renunciaras a la recompensa y talvez sobrevivas para gastarte esto- al decir esas palabras desenvolvió un pequeño paquetito, envuelto en lienzo, que apenas ocupaba un puño, una pepita de oro destello ante los ojos del fogonero,- pero recuerda, anuncia que todos los miembros de la familia O`reily han muerto,- y tras cerrar el puño en torno a la pepita para ocultarlo y ver como el fogonero tragaba saliva, añadió- lo entiendes.
El fogonero asintió, y tragando saliva con dificultad volvió a asentir, y así empezó la libertad de Elsa O´reily