Repositorio de tiendas de manualidades
La importancia del juego
Esta
nueva sociedad inglesa tan aparentemente abocada al trabajo, a la
moral y a las buenas costumbres, inventa el juego, en
toda su amplitud.
Los
ingleses juegan en sus cerrados círculos sociales a juegos
tradicionales o clásicos, entre sus predilectos están
el Backgammon, o
el Ajedrez (Chess); a
diversos juegos de cartas como el Zetema, Cribbage, Euchre; uno
de los que gozan de mayor popularidad es el khanhoo (que
se pronuncia “canjú”), un juego de combinación de origen chino
que se cita habitualmente como posible antecesor de todas las
versiones de rummy y otros juegos de combinación actuales; y no
podemos olvidarnos además de juegos de casino tan apreciados como
el Whist o
el Bridge.De
igual forma están presentes las charadas y juegos de salón, como el
viejo Bagatelle inglés,
un juego de destreza que está estrechamente relacionado con los
juegos de billar, o el Shove
ha’penny (o
tejo inglés); y juegos de mesa como el Puchese,
una versión occidentalizada del parchis (pacis) hindú, el Halma, un
juego de escaques cuyo objetivo es mover todas las fichas de una
esquina a la opuesta, el Bell
and Hammer (Campana
y Martillo), un sencillo juego de apuestas, el Snake
& Ladders (Moksha-Patamu),
un juego de competencia hindú con un curioso y filosófico trasfondo
ético, donde las casillas del bien permiten a un jugador a ascender
más alto en la escalera de la vida, mientras que el mal reducirá a
un jugador a través de la reencarnación a las escaleras más bajas,
o el Squails inglés,
un juego de destreza que se juega en una mesa redonda cuyo objetivo
es golpear discos con la palma de la mano desde el borde de la mesa
hacia un pequeño blanco de plomo en el centro llamado “jack”.
Se
ha de mencionar del mismo modo los juegos de pub o taberna, tan
enraizados en la cultura popular. Juegos tan extraños como el Puff
and Dart,
un juego de dardos donde se usa una gaita para lanzar el dardo,
la petanca
de mesa (Table
Bowls), Bolos
de mesa (Table
Skittles), El
Diablo entre los Caldereros (Devil
Amongst the Tinkers),
un curioso juego de bolos y trompos, Tía
Sally (Aunt
Sally), donde
los jugadores lanzan bastones a un bolo de madera conocido como
“muñeca”, el Domino (Dominoes),
un juego que introdujeran y extendieran los italianos en Europa en el
siglo XVIII por todas partes, las Damas(Draughts)
y Molino
de Nueve (Nine
Men Morris), una
versión avanzada más elaborada y estratégica del juego infantil
del tres
en raya.Luego,
en otro apartado, tenemos los populares deportes de campo, como
el Polo,
el Rugby,
el Tenis,
cuya popularidad ha aumentado drásticamente desde que el Mayor
Wingfield patentará en 1874 un juego llamado Sphairistiké,
determinando la altura de la red, las medidas de la pista, raquetas…
y todo ello dentro de una caja; el Cricket,
cuyo reglamento fue redactado, hacia 1788, por el Marylebone Cricket
Club (MCC) de Londres; y el Fútbol, un deporte que se separó del
rugby en 1863, año en el que se crearon unas nuevas reglas. Uno que
esta emergiendo con fuerza en los últimos quince años es
elBádminton,
un tenis de césped jugado con volantes en lugar de pelotas, surgido
en la India, con el nombre de Poona, nombre de una población del
país donde se jugó originalmente, y que ha sido popularizado
recientemente los oficiales británicos, con el duque de Beaufort a
la cabeza, a su regreso de la India a Inglaterra. Y tampoco debemos
olvidarnos del Croquet,
sucesor del Crooky irlandés,
que es una mezcla de juego de salón y de campo que se ha hecho
rápidamente popular, sobre todo entre las mujeres, debido
principalmente a que es el primer deporte al aire libre que pueden
jugarlo ambos sexos sobre una base equitativa.
No
cabe duda que, algunos de estos juegos eran ya conocidos antes de la
era victoriana, es algo evidente. Pero es sin duda esta nueva
sociedad la que los practica y pone de moda, difundiéndolos por todo
el orbe terráqueo gracias a los ilimitados tentáculos del imperio
británico. Sin temor a la exageración, podríamos hablar del
nacimiento de un «homo ludens», es decir, de un hombre que,
fundamentalmente, se realiza jugando.
Y
no sólo eso, los ingleses apuestan por todo. Famosas son sus casas
de apuestas, donde un caballero realiza una apuesta honesta entre él
y su corredor de apuestas, y que además sabe de antemano la cuantía
del premio posible, y donde muchos se dejan literalmente un sueldo
intentando adivinar quien marcará el primer gol en el partido de
polo, que caballo cruzará la meta en primer lugar en una carrera del
prestigioso Royal
Ascot, o que barco terminará la Real Regata
de Hentley en primera posición, o incluso cosas mucho más
absurdas como que semana regresará un explorador de sus viajes por
África y si lo hará con vida, o en que semana dará a luz la noble
de turno.
Aumenta el tamaño de la letra por favor.
ResponderEliminarUn buen articulo y curioso, nunca lo habría pensado :)
ResponderEliminar