Ya hace muchos años, yo Maese Iditxa, aun ocupaba una plaza de profesor asistente en la Universidad de Avalon y desconocía mi extraña afección mágica, La muy mortalidad.
Fui invitado a dar una conferencia en Edimburgo sobre los peligros de las hadas y la magia, estando yo en el gran salón de la facultad de Letras, empecé mi discurso.
"Las hadas son seres eternos, han estado aquí mucho antes de que nosotros llegáramos y seguirán aquí cuando nos marchemos...
... Pero pese a todo han de saber que las Hadas son seres perniciosos y crueles, y que su magia es tremendamente peligrosa, y lo afirmo yo, que soy bien conocedor de ambas cosas.- percibí como un grupo de mujeres entraba en la sala, en su mayoría viudas, portaban consigo carteles y pancartas...
Las Hadas se han infiltrado en todos los niveles de la sociedad, desde las pequeñas Pixies de las rosas que son una plaga que infesta los jardines, hasta las grandes Hadas, que pueden parecer humanos, La propia reina Titania, esta emparentada con la Reina Vict...
-Mis palabras quedaron en suspenso, el grupo de mujeres empezó a montar escandalera coreando y cantando eslóganes, la voz de los asistentes se sumo en gritos de indignación por la intromisión, y a golpe llegaron un nutrido contingentes de guardias urbanos uniformados con sus porras en ristre, la muchedumbre jaleaba a los agentes que descargaban golpes con fuerza en las ancianas y no tan ancianas manifestantes, de súbito mi mirada se cruzo con una de ellas, una anciana arrugada, vestida con un vestido sencillo y varios abrigos. Algo en su forma de quejarse, y agarrarse con fuerza con fuerza a una de sus camaradas Sufragistas me hizo recordar a mi difunta anciana madre, y no pude resistir el impulso.
Lleve la mano hasta el bolsillo interior de mi chaleco, enarbole la Varita mágica que portaba en el y salte hacia la refriega, mi Fez callo de mi cabeza, me abrí paso entre los espectadores de tan dantesco espectáculo, agite mi varita señalando al Agente de la ley mas cercanos, este salió propulsado contra la pared, donde se dio un buen golpe, sin parar de moverme apunte contra una de las señoritas que era arrastrada hacia el exterior y lance otro de mis conjuros , la señorita avanzo por el aire hacia mi con gran velocidad como si tirara de una cuerda invisible, el tirón arrastro a sus captores que perdieron el asidero y el equilibrio, la sujete cuando llego hasta mi la coloque tras de mi, según avanzaba hacia la Anciana que se parecía ,remotamente, a mi madre.
Los Agentes de la ley aun enfrascados en reducir a las ancianas y no tan ancianas sufragistas y sus simpatizantes, empezaban a ser conscientes de que algo no marchaba bien, con ayuda de mi fiel Varita mágica empuje a un agente contra otro y ambos quedaron en el suelo. Un agente algo mas perceptivo intento reducirme a mi, así que rodamos por el suelo, al final yo acabe encima y le propine suficientes puñetazos para que me soltara, a la par que me dio buena cantidad de ellos, se arrastro para coger una de las porras caídas, talvez suya, y en ese momento de hechice para que sus ropas encogieran hasta inmovilizarlo, grito de sorpresa, algunas decimas mas agudo que antes cuando su ropa interior paso a estrangular su cuerpo.
Con ese rival inmovilizado, y mi nariz sangrando por un buen derechazo, camine un par de pasos y separe a un agente que estaba sobre una de las sufragistas, que yacía vencida sobre el suelo, y lo empuje con toda mi fuerza lejos de ella.
este agente que portaba los galones de capitán, se incorporo con facilidad y desenfundo una pistola, abrió fuego contra mi, y me impacto en el pecho caí redondo.
Se hizo el silencio, los agentes esposaron a las sufragistas, y se disponían a conducirlas al exterior del vehículo cunado recupere mi vida, No me pare a pensar en lo ocurrido hasta mucho después, pues me incorpore como una fierra aferre la mano del capitán en la que llevaba mi Varita y la enarbole contra el techo, la araña de luces se apago, y la hiedra del la pared del edificio invadió las ventanas, la oscuridad era total menos por la luz del corredor al otro lado de la puerta, un Agente huyo, y el resto le siguió, con un movimiento de mi varita deshice el conjuro y la hiedra volvió a su lugar, la araña de luces volvió a encenderse, Las sufragistas aterradas seguían allí...
Me dirigi al Atril donde unos minutos antes había empezado mi conferencia, me agache tras el recogiendo mi maletín y el resto de mis pertenencias, al levantar la cabeza pude ver como aquellas intrépidas señoras me observaban con una mezcla de Admiración y Miedo, mucho miedo.
Y Así es como, vario meses después recibí un paquete. Envuelto en papel marrón, y con un cordel atándolo todo. Lo desate, con cuido, dentro encontré este Maravilloso Kilt que tanta admiración le ha causado y esta nota que ve enmarcada.
"Gracias.
Att: Isobel McRae"
Bueno, Mi estimado colega, ahora que ya esta resuelta su curiosidad cuénteme que ha averiguado sobre el artefacto que se le di en su anterior visita. Por cierto, ¿Le gusta la hidromiel?- el sonido de dos vasos al llenarse con el espumoso y claro liquido amarillento lleno el aire, acompañad de un olor dulzón a miel.
Una mezcla de hadas, camorra y varitas mágicas.
ResponderEliminarME ha parecido interesante. Me habría gustado un poco más greenpunk, puestos a mencionar a las hadas.
Acuérdate de acentuar las palabras agudas Mikel.
Un saludo.