Una Aventura en los tiempos de la Pax pneumática
Título: La República Pneumática: Baile de Serpientes
Autor: J. Valor Montero
Editorial: Fantascy
Formato: Tapa blanda con solapas
Páginas: 464
Fecha edición: 19 de febrero de 2015
Idiomas: Español y Catalán.
Me encantan las ucronías. Una ucronía implica un cambio, una
divergencia entre la historia como lo conocemos y una realidad alternativa. En
esa realidad alternativa, cabe dejar volar la imaginación y en La República
Pneumática, el lector tiene una ucronía muy entretenido. Valor Montero toma
como punto de bifurcación entre estas dos pasados, el real y el imaginado, una fecha entre 45 y
54 AD, cuando el Emperador Claudio supuestamente fomenta la tecnología basada
en la eolípila de Herón de Alejandría. y restaura una nueva versión de la
república antigua romana.
La novela arranca en el año 246 d.C., y la invención de aquella máquina de vapor se ha convertido en el motor de una revolución industrial romana cuyo único rival económico es el imperio Ch'in. Con este trasfondo ucrónico, el joven Marcus Novus comienza un viaje desde su Caesaraugusta (Zaragoza) natal para salvar a su padre, quien ha sido llevado preso y encarcelado injustamente en Barcino Magna (Barcelona). Solamente lleva en su zurrón un misterioso colgante con tres serpientes, un cuaderno donde hace apuntes de las cosas que ve en sueños y Hoc, un pequeño gladiador, un autómata de juguete.
Marcus moverá en un mundo marcado por los resultados del uso masivo del carbón como combustible, con ciudades sucias y contaminadas, un mundo con cielos grises rebosantes de humo y cenizas de las fábricas y los vehículos. Es un mundo igualmente marcado por las consecuencias sociales de esta revolución industrial, con saboteurs Luditas (un nombre basado en el Nero Ludus, no el Ned Ludd del siglo XIX de ‘nuestro’ pasado) provocados por las injusticias sociales, los adeptos de la Via Virtutis, una filosofía traído del Ch’in.
En su camino, contrará a personajes tan entrañables como la maestra de artes marciales (Vía Virtutis) Jiàn, una tabernera anciana de Ch’in, Megistos, un geógrafo griego, y el praetor Caius Verus Pertinax. Habrán malvados malísimos también en su camino, desde Garrote, un caput-vicinia a quien se enfrenta durante un episodio de supervivencia callejera dickensiana para luego hallarse en los opulentos salones de los dirigentes romanos, donde tendrá que vérselas con el Pontifex Pneumático, Kyrilos Aranides, cabeza de una conspiración nefasta contra la República.
El personaje más relevante de la novela bien puede ser la Barcino Magna misma, cuyos vicinae y ampliatio, calles y edificios están retratados con auténtico amor visionario por el autor. Fiel a su formación como arquitecto, J. Valor Montero se dedica a deleitarnos con los aspectos singulares del urbe, fruto de las tecnologías pneumáticas. En la sección del Glossarium et Dramatis Personae hay información y detalles que harán las delicias de los lectores, como yo, que siempre quieren saber algo más respeto a la narración.
V. Montera nos presenta un steampunk que va más allá de una mera estética en la que se envuelve a los personajes con artilugios cubiertos de engranajes y llenan a los cielos urbanos con avistamientos de dirigibles; estamos ante una exploración de las consecuencias tantas sociales como políticas, culturales y económicas de una civilización que es toda una alegoría a la revolución industrial europea del siglo XIX.
Altamente recomendable, La República Pneumática es de fácil lectura. Desde luego la combinación de acción de ritmo trepidante y reflexión social es capaz de enganchar los lectores, tanto los fans de novelas históricas, de la fantasía, y de steampunk.
J. Valor Montero (Barcelona 1965) y la mallorquina Laura Llimós están publicando la serie de novelas multimedia «Ømni», que giran alrededor de un videojuego ficticio, «Barcelona Roman Steampunk», basado en el mundo de La República Pneumática.
Fmdo:
Profesora Cecily Cogsworth
Parece un libro interesante.
ResponderEliminarAcordaos de no publicar en letra negra, porque las partes no destacadas con el fondo blanco no se ven bien.