Contrastes en las quedadas de los días 1 y 8 de mayo del grupo Steampunk Madrid en el aeródromo de Cuatro Vientos.
La primera, con motivo de las jornadas que la Fundación Infante de Orleans suelen programar los primeros domingos de cada mes y que permite admirar de primera mano, si las condiciones meteorológicas los permiten, aviones tan icónicos de la historia de la aviación como el De Havillland DH89 más conocido como el Dragon Rapide, uno de los primeros aviones de transporte de pasajeros, el Polikarpov I-16 usado por el bando republicano en la guerra civil española o el mítico Polikarpov Po 2 avión que en su día usaron las heroínas Rusas “Las Brujas de la Noche” durante la segunda guerra mundial, en condiciones de vuelo, todo un placer para los amantes de los motores de explosión por sus increíbles sonidos, ecos ya del pasado. La primera parte de la jornada transcurrió entre la exposición estática de parte de la colección que la fundación posee, las explicaciones del experimentado speaker sobre las historias que cada modelo encierra y familias que acudían a nosotros solicitando un recuerdo fotográfico.
La parte de la exhibición en vuelo, siempre más vistosa, se inició con el arranque de los motores y la posterior rodadura de los aviones hacia la pista. Una vez en vuelo, el público accede nuevamente al lugar donde se encontraba la exposición estática para poder disfrutar de las evoluciones de los aparatos en vuelo y así poder admirar la maestría de los experimentados pilotos, auténticos profesionales del sector con miles de horas de experiencia en sus manos.
Nuestro grupo disfrutó de las formaciones y pasadas sentados cómodamente en el césped mientras los aficionados a la fotografía y vídeo lo hacían rodeados del resto de asistentes al acto.
Como apunte final, informar que la Fundación Infante de Orleans está abierta a cualquiera que desee pertenecer a ella. Hay que decir que el trabajo de los pilotos como de mecánicos y socios es todo un ejemplo a seguir en cuanto a la conservación del patrimonio histórico que defienden, una labor que la mayoría de ellos hace desinteresadamente y que logra que la fundación siga en funcionamiento a pesar de los difíciles tiempos que nos ha tocado vivir.
La segunda fecha tuvo su mayor diferencia en las condiciones meteorológicas, lluvia y viento a diferencia del soleado día del evento anterior. En cualquier caso, provistos de nuestras mejores galas y paraguas para combatir la lluvia, recorrimos los hangares del museo del aire que aunque de reducido tamaño guarda en su interior joyas de la historia aeronáutica y un sinfín de objetos relacionados con ella, un amplio abanico que abarca desde paracaídas, vehículos, instrumentos de navegación, motores y un largo etcétera.
La organización del evento incluía la participación de recreacionistas que junto a sus vehículos y pertrechos convertían el descanso de alguno de los históricos aviones en escenarios propios de películas y con los que se podía interactuar abiertamente.
Como punto fuerte cabe destacar la actuación de uno de los helicópteros de salvamento de nuestro ejército, que durante alrededor de quince minutos y con las condiciones antes citadas se mantuvo encima de la zona designada para ejecutar la siempre peligrosa maniobra de salvamento de un maniquí que hacía el papel de herido a la perfección, una labor en la que siempre existen riesgos para los profesionales que la ejecutan y por la cual damos gracias a su gran dedicación. La exhibición del SAR como así se les llama, terminó con una pasada rápida del helicóptero después de finalizar el ejercicio.
Como nota anecdótica y para concluir, contar el inesperado encuentro con el nieto de una de las figuras clave de la introducción de la aeronáutica en nuestro país, el señor Pedro Vives Vich. Su nieto nos contó en la breve conversación que pudimos mantener, sobre la figura de su abuelo, que fue el primer jefe de la aeronáutica militar Española y el pionero que introdujo la navegación aerostática en 1909 en España ¡símbolo icónico para todos los steamers! Sin duda un encuentro sumamente interesante.
Natham Cuesck
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