Su graznido no siempre había sido así, hubo un tiempo en el que hablaba sin problemas y no tenia que parar cada pocas palabras para que las palabras llegaran de su mente a su boca.
Aquellos habían sido los buenos Tiempos, cuando Maelstrom pensaba en ellos tenia que reprimir las lágrimas, eran los tiempos de cuando Brisa, su madre aun vivía.
Y cada año por estas fechas Maelstrom se tomaba un día libre, no importaba donde estuvieran, ese día era el día de recordar, y sabia que no estaba solo, su hermano recordaba, pero nunca hablaban de ello, era muy triste para los dos, Maelstrom miro al cielo, después al Mar, volvió a meter la cabeza en el dirigible y cerro la escotilla.
La mano de Estratolimbo aferro su hombro y le propino un fraternal apretón, y eso era todo lo que hablarán ese día, pues era un día para recordar.
Un par de horas después el destartalado y diminuto dirigible aparcó en la plataforma numero siete, en puerto, ambos hermanos bajaron del dirigible, una vez en la bulliciosa estación se separaron, Estratolimbo fue a la cantina y Maelstrom compro una botella de licor de procedencia desconocida en puesto, y espero, la calma del cielo se trunco y el cielo se oscureció con negras nubes de tormenta, entonces Maelstrom activo sus botas de sustentación aérea y voló hacia la tormenta, cuando había alcanzado la tormenta miro al mar bajo sus pies, vio como las aguas empezaron a moverse al principio lentamente, después mas agitadas en enorme remolino que amenazaba con engullirlo todo, entonces abrió la botella mientras rememoraba un día como aquel años atrás, dio el primer trago, y su memoria se encendió, recordó aquel partido de Flying Derby y la tormenta, y lo orgulloso que estaba de que su madre le viere jugar, entonces se formo un remolino y la tormenta, entonces se acabaron los tiempos felices.
Estaba tan empecinado en ganar el encuentro que no se dio cuenta de lo que pasaba, el Relámpago refulgió con violencia y golpeo en la bandera a la que se aferraba, entonces quedo inconsciente, al despertar era huérfano, e incapaz de hablar, si no hubiera sido por Bóreas sin duda habría muerto, desde entonces cuando llegaba ese día buscaba en la tormenta aquello que le arrebataron, su madre y su voz.
Según la botella dejaba entrever su fondo su cuerpo se reflejaba, y empezaba a perder altitud, solo su fuerza de voluntad lo mantenía consciente, flotando en el cielo nocturno, buscando con sus ojos a su madre entre el cielo y el mar.
Un apretón en el hombro le saco de su ensoñación y le despejo, al girar la cabeza vio la congestionada cara de su hermano que apenas podía contener las lágrimas, en parte por el recuerdo pero sobretodo por el viento frío- Ya paso- dijo Estratolimbo.
Ya paso- Graznó Maelstrom, mientras asentia con la cabeza.
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