Los méritos de Jimbo, que el consideraba hazañas heroicas incluían, Cortarle la cola al perro de la Viuda Seller, robar las manzanas del párroco Witaker, Espiar a las chicas cuando se bañaban en el rio, robar cigarros en la parada mercantil del Señor Playmoth, y ahora estaba apunto de añadir una nueva su lista de aventuras.
Jimbo había acudido a misa como cada domingo, pero esta vez tenia más intención de conocer a la Joven Tabatha Paxton, sobrina del doctor, que de aparentar ser un buen chico. localizo a su presa al comienzo del oficio, pero tan pronto como la localizo la perdió, pues la Señorita Paxton abandono el banco, dejando un hueco junto a su tío, Jimbo también salió de la iglesia, había algo en blanco templo de madera que sacaba lo peor de el, y que su presa desapareciera no lo mejoraba.
cuando se encontraba fuera el olor a cigarro le llego de una vaharada, y no se resistió a seguirlo hasta su origen, que resulto ser toda una sorpresa, pues la Señorita Paxton fumaba con fruición, pero eso no aminoro las ganas de Jimbo de hacer su tropelía dominical, sino que lo espoleo hacia ella, la quito el cigarro de la boca, y con un movimiento violento pero fluido lo llevo hasta su propia boca, donde le dio una calado profunda, hasta quemarlo entero, y lo dejo caer, después sin mediar palabra acorralo con su cuerpo a Tabatha contra el muro de blanca madera de la capilla, y se dispuso a besarla, ella se resistía, pero Jimbo, pese a tener la misma edad, tenia una mayor musculatura, entonces noto como el golpe de la rodilla huesuda de la muchacha hacia diana en su entrepierna, y la señorita se agachaba a su lado, y con mano diestra sacaba del bolsillo del propio Jimbo el paquete de cigarros.
-Pueaj, que asco, fumas tabaco rubio- se quejo Tabatha , que se guardo los cigarros igualmente- y dándole un puntapié en la espinilla, continuo- Esta muy feo acosar a las damas.
Jimbo solo vio a la joven que avanzaba de vuelta a la puerta de la iglesia, recobro la compostura, y se sentó hasta en dolor de su entrepierna se atenuo, entonces se puso en pie, con una sonrisa de oreja a oreja, "Por fin he encontrado a un rival digno" era el pensamiento que le rondaba la cabeza de vuelta hacia el banco de la iglesia para los canticos finales.
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Al salir de la iglesia Tabatha vio a Royce esperándola, su tio ya le había dicho que no podía acompañarla a casa pues tenia que ir a visitar a una paciente en el pueblo, así que sin prisa pero sin pausar se encamino a Royce, que la acompaño por el pueblo, era un lugar pintoresco, se extendía entre las vías férreas y el puente del riachuelo, su calle principal era amplia, con edificios con aceras de madera, cubiertas, en ella estaba la Parada comercial, la iglesia, la escuela, las tiendas de ropa, el almacen de madera, el estrecho camino de persona a la oficina del aserradero, y la tienda de empeños, en la acera de enfrente se agolpaban la cantina el burdel, y el hotel, varios almacenes de las compañías ferroviarias y algunas casas y tras ellas se extendían calles con casas mas humildes, y el camino de la colina que llevaba de vuelta a la casa del Doctor.
Recordó como había sido su primera exploración de la casa, en la planta baja estaban el salón, la sala de música, el comedor y la pequeña clínica, en el primer piso había seis dormitorios, todos cerrador, en el segundo piso con techos abuhardillados estaba el dormitorio del doctor, el despecho y la biblioteca, mientras Royce y el Señor pluma, limpiaban uno de los dormitorios, que estaba polvoriento se desmarco para inspeccionar el sótano, era cavernoso, y húmedo, en un lado había todo tipo de proyectiles y armas, desde arcos indios, hasta proyectiles de artillería, y barriles de pólvora, en la pared de enfrente crecían hongos en jardineras que colgaban de la pared y muchas otras plantas, en la galería que se extendia durante casi veinte metros, al final de la cual había una terraza que daba a la ladera septentrional, y en ella había una estantería repleta de libros de poesía, y una mecedora.
Tabatha sabia que su tio era un hombre excéntrico, desde que estaba allí, había oído en sus breves visitas al pueblo todo tipo de excentricidades, tales como que atendía a los indios del norte cuando lo neseitaban, que practicaba la magia india, o que disparaba sus cañones a las horas más intempestivas de la mañana a la noche, y muchas más...
Al llegar a casa el Señor Pluma estaba reunido con el resto del servicio, lo que significaba que estaban la Señora Maxwel, una viuda entrada en años que cocinaba el más delicioso rancho de campamento que nadie halla probado antes y la peor bazofia servida nunca en una mesa, pues la ya anciana mujer solo sabia cocinar esa comida que al Doctor le recordaba a el glorioso ejercito de la unión, también estaba la esposa de Pluma, Huella silenciosa, con su bebe en brazos, y el joven freeman, hijo del viejo Freeman, el viejo había sido esclavo de la familia hasta que el sur fue liberado, pero en vez de marcharse al norte quedo con sus señores pasando de padre a hijo, Pancrace siempre había sido justo con el, y aunque ahora era viejo y se limitaba a barrer el porche y el camino principal, el Doctor parecía no fijarse en que no cumplía con el servicio completo, el joven limpiaba el resto de la casa y las cuadras, además de cuidar el jardín de la casa, lo que era una labor compleja pues también era el área de tiro de los cañones, lo que según el criterio de Tabatha debía ser el principal problema para que Tio Pancrace se casase, no tenia un buen jardín.
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La boda de Úrsula Paxton, fue todo un existo, su marido un militar condecorado entrado en años, tenia más necesidad de una madre para sus hijos que de una amante esposa, así que pasaron la noche de bodas durmiendo, única exclusivamente durmiendo, algo que después de la multitudinaria boda fue agradable, y todo estaba bien, hasta el momento a la mañana de lunes en el que su esposo le pregunto por la niña de la que tanto había oído hablar.
-Oh, Querido, que preguntas me haces,- dijo con son presa mientras buscaba una mentira en su repertorio,- Mi hija Tabatha es la flor más delicada del mundo y por su frágil salud, la he enviado a vivir, con mi querido hermano, a Wolf creek, un encantador lugar, en el que mi estimado hermano es el medico.
-Pues parece un lugar perfecto para ir de viaje familiar,- reflexivo un instante el soldado, mientras decidía si untaba el pan o no mantequilla- Aunque pensé que ¿tu hermano y tu estabais peleados?
-Ni lo más mínimo- Mintió Úrsula- Es una vieja disputa que ya resolvimos hace mucho.
-Padre, entonces tendremos unas vacaciones en el campo- pregunto un chico rubicundo de unos diecisiete años.
-Y podremos ir a pescar- tercio un segundo infante, de no más de diez,- que ganas, seguro que hay truchas enormes.
La voz de la razón sonó suave, -Wolf Creek esta cerca las tierras india,- desde la silla del fondo que solo bebía zumo de naranja, Ann Olive con los ojos encendidos por la emoción termino- Podría ser peligroso.
-Si, podremos pescar y cazar,- y mirando a su hija añadió -y los indios de la región son pacíficos, y seguro que el doctor dispone todo para nuestra seguridad y divertimento.
Úrsula se disponía a protestar, pero su marido, que era tan ducho en el arte del matrimonio como ella misma la atajo,- y de ese modo, querida, podrás ver a tu tan amada hija de la que tanto me han hablado tus familiares ,durante las horas previas a la ceremonia de bodas.- O como el sabia más bien cuchicheaban de lo problemática que era y la suerte de poder enviarla lejos, pero como buen estratega el oficial decidió solo dar la información justa.
-Bien en ese caso,- dijo Úrsula con la improvisación como herramienta y la mentira por arma- Le escribiré para que haga los arreglos necesarios.- y así nodo como un nudo se enroscaba alrededor su garganta.