En este juego se desarrollan biografías con elementos de ficción de personajes reales.
Theremin: el hombre que susurraba al espacio (Ángela Ramos)
San
Petersburgo acogió el nacimiento de un gran físico, León Theremin, en
1896. La atracción que le generaron las múltiples oportunidades de las
ondas electromagnéticas de la radio es palpable en su vida y obra. Si a
esto le sumamos su pasión por la música, veremos como eclosionó con la
creación más conocida, el instrumento que llevará su nombre: el
theremín. Pero aún no es momento de hablar sobre su invento más
conocido.
A Theremin también se le recuerda
como a uno de esos modernos Prometeos, un amago de un Frankenstein
decadente. Para entenderlo, no hay más que ver la buena relación que
había entre él y Lenin, a quién llegó a hacerle una demostración de su
instrumento. El mismo líder de la URSS le motivó a dar varios
conciertos.
El compositor era tan amigo suyo que cuando Lenin
murió en 1924 pidió el cuerpo para aplicarlo un particular método de
resurrección: este consistía en una primera fase de congelación para
después administrar al cuerpo electricidad. El comunicado oficial reza
que el experimento nunca llegó a llevarse a cabo, mas lo cierto es que
este sí que llegó a celebrarse, solo que los resultados fueron tan
nefastos que darían para escribir una novela tan gótica y tan
terrorífica que sería un sacrilegio y una aberración para el alma.
Solo os diré que la única ayudante que participó en el experimento se quitó la vida al albor de aquella noche fatídica.
Theremin
pudo devolverle la vida a Lenin, aunque hubo un error, un desastroso
error. La noche moscovita cortó la corriente eléctrica. Aquello provocó
que el cuerpo de Lenin cayese en un estado de agitación que descolocó al
melómano científico. El laboratorio se llenó de sangre y gritos. Lenin
respiraba agitadamente y sus cuencas viraban de un lado a otro,
perdidas. Aquellas cóncavasviscosas miraban a Theremin, y de Theremin a
la enfermera. Esta se acercó a Lenin para tomarle las constantes
vitales, mas poco pudo hacer. La desconexión sonó como el estallido de
un bomba de las de la Gran Guerra. Comenzaron los espasmos y los
violentos ataques. El físico trató de resolver el problema, pero era
demasiado tarde: la sangre manaba como en el mejor relato de realismo
mágico por oídos, boca y nariz del antiguo líder. Theremin desconectó
todos los aparatos y extrajo en una horrible operación el cerebro del
que había sido un buen amigo; pues todo el mundo sabe que para este tipo
de experimentos de resurrección es necesario que el cerebro se mantenga
intacto.
Sin embargo, Leon Theremin esconde otras muchas facetas tan interesantes -o más- que la de científico loco.
upo
aprovechar su llamativo instrumento para desarrollar su labor de
espionaje. Allá donde iba de gira situaba nodos de información que
hacían de este hombre un verdadero quebradero de cabeza. Moscú tuvo en
él a un gran camarada de la patria, pues fue uno de los pioneros en
instalar arcos de seguridad y otros sistemas de alarma en la prisión de
Alcatraz. Ganó discípulos, entre los que destacamos al figura femenina
de Clara Rockmore. Jugó algunos años a ser vendedor de aparatos
novedosos e inútiles que tendrían éxitoapenas unos meses. en 1938
abandonó EEUU para volver a su país.
A pesar
de los increíbles esfuerzos que hizo para favorecer a al URSS, fue
aprisionado en el gulag de Kolyma y llevado posteriormente a una sharaska tras
su "liberación". En este laboratorio-cárcel de mejores condiciones que
el gulag colaboró y trabajó codo con codo con Tupolev y Korolev, padres
de la aeronáutica y la astronáutica soviéticas.
No
dejó de sorprender al mundo con su experto dominio de las ondas, y fue
el terror de Stalin cuando desarrolló un sistema que permitía grabar
conversaciones a distancia a partir de las vibraciones de los vidrios de
las ventanas.
Ya es hora de hablar del instrumento que
llevaría su nombre, el theremín, que creó en 1919 y que fue uno de los
primeros instrumentos electrónicos, con la peculiaridad de que no se
tocaba físicamente: el sonido se manipulaba a raíz de la posición de las
manos, la cual era detectada por antenas, lo que podrucía un
impresionante efecto.
Con el fin del stalinismo, Theremin fue
relegado de su labor de espionaje y se centró en las infinitas
posibilidades que tenía. Aquel instrumento, aparentemente inofensivo,
sentó las bases de una carrera de visionario que llegaría más allá de
nuestras fronteras. El comienzo de los sesenta le llevó a que una mañana
cualquiera se encontrase a su theremín interpretando de forma autómata.
Le costó algunos años percatarse de que aquellos sonidos repetitivos
eran las letras de un mensaje, un mensaje que le rogaba: Toca para el espacio, Theremin.
Y
Theremin tocó, sin llegar a saber a ciencia cierta si sus notas llegaba
a propagarse por las Vías, las estrellas y demás planetas ajenos a la
Tierra. Su música viajaba con ese toque melancólico, haciendo las
delicias de los oídos extraterrestres que tenían en Theremin a un gran
ídolo de masas. A los 97 años de edad falleció, allá por 1993.
Hay
pocas personas que continúan ululando el theremín; y dicen que, en esas
noches donde la dulce tristeza reina, se puede escuchar en las
estrellas al hombre que susurraba al espacio.
Sun Tzu – El
Arte de la Guerra en el siglo XXI. (ChristoffV)
También conocido
como Sun Zi, su nombre real se perdió durante las guerras, pero
debería ser algo así como QI20??S??N????, que es el código de
registro de los nuevos “humanos”. Es un general oriental,
netrunner y científico; quien fue activado alrededor del año 2040,
aunque después de la hora cero esta fecha no es precisa.
Ensamblador del
Arte de la Guerra, un ciberlibro en el que están encriptados las
rutinas de combate y estrategias de asalto más efectivas hasta el
momento, consiguió esta información navegando en la red durante dos
días y accediendo a las ciber-bibliotecas de grandes corporaciones,
en las cuales logro rescatar información que se creía perdida en
los anales del tiempo y adecuarlas a las estrategias de combate
modernas.
Inició su
trayecto como un navegante novicio en los laboratorios a cargo de la
corporación Qi pero luego este laboratorio paso a manos de la
corporación Wu y le fue implantado un chip de un personaje histórico
al inicio de sus procesos, rápidamente mejoro sus sistemas de
invasión y obtención de información logrando avanzar su perfil a
netrunner ingresando a la guerra virtual, fue absorbido por la
corporación Wu la cual es administrada por el núcleo Helü. Bajo la
protección de esta nueva corporación paso a formar parte de las
filas contra los netrunners de otras siete corporaciones conocidas
como Zhao, Qi, Qin, Chu, Han, Wei y Yan. En conjunto estas ocho
corporaciones conforman el bloque oriental y mantienen una barrera
virtual conocida como la Gran Muralla de Oriente con el resto del
mundo.
En sus primeras
misiones fue encargado de acceder a toda la información posible de
al menos una corporación, sin embargo su logro fue mayor al lograr
una red de espionaje efectiva capaz de obtener información de todos
los navegantes y netrunners que poseían las otras siete empresas de
oriente, esto atrajo las miradas de estas empresas considerándolo
una amenaza inminente. Fue primero Qi la que decidió poner un alto a
sus movimientos, la batalla tuvo lugar en la zona matricial de Wu la
cual Sun Tzu conocía a la perfección, aplicando las directivas de
su libro logro interferir comunicaciones entre el ejército de
hackers que intento destruir las defensas de Wu, en un movimiento muy
arriesgado, Sun Tzu decide enlazar una IP propia con la del general
de Qi y logra descargar un virus que termina por destruir su
ciberenlace a la red provocándole la muerte real. Esta fue una
técnica que se creía extinta gracias a los sistemas de seguridad y
aislamiento que se habían logrado desarrollar, sin embargo los
códigos y rutinas que logro encriptar en su libro le permitían
atravesar esos bloqueos con cierta facilidad.
Al poco tiempo,
Wu logro dominar a Qi lo que disparó las alarmas entre las otras
seis corporaciones. Sun Tzu estaba logrando balancear la guerra a
favor de una corporación, la guerra en las calles era inminente. Con
esto el mundo oriental entro en una crisis del miedo orquestada por
Sun Tzu y peor aún es que su principal logro, La Gran Muralla de
Oriente estaba perdiendo fortaleza.
Las escaramuzas
de Wu eran efectivas, pero de corta duración, mientras que muchas
otras batallas iniciadas por sus enemigos duraban días completos,
cosa que debilitaba gradualmente la mente de los ciber guerreros. Sun
Tzu estaba logrando dominar rápidamente el campo de batalla
oriental, mientras seguía también planificando su escenario pos
guerra.
Desde el inicio
del conflicto ya han transcurrido 2 años, estamos en el año 2047 Wu
tiene una posición de ventaja relativa frente a las otras
corporaciones las cuales han declarado un cese al fuego entre ellas,
en las calles la tensión se corta con un simple murmullo y la red se
ha vuelto un sitio inhóspito. La Gran Muralla ha sido agrietada y
algunos netrunners de occidente han logrado entrar a las fortalezas
de oriente, esto manipulado por las tropas del general Tzu, a cambio
de información y dinero han logrado crear un ambiente de cizaña
entre los mandos medios de netrunners en todo oriente. Cada uno busca
un responsable y aunque Sun Tzu es uno de los principales
sospechosos, se consideran otros.
Poco a poco el
concepto de Gran Muralla ha ido desapareciendo y estos mercenarios de
occidente más que una amenaza se han vuelto una oportunidad para
pequeñas batallas, quienes han considerado estoy tienen los recursos
adecuados han visto los frutos de la guerra a su favor, mientras que
otros han sucumbido. Otro de los planes de Sun Tzu ha conseguido
cuajar finalmente haciendo un sitio de acceso a las mentes salvajes
venidas del otro lado del mar.
Aunque en el
mundo “normal” estas guerras ya no generan el impacto que años
antes si tuvieron, la posibilidad de derrocar a alguna de las
corporaciones de oriente es un premio bastante grande para unos
pocos. Esta guerra ya ha cobrado muchas vidas y el número empezará
a crecer exponencialmente sino se pone un freno o hay un ganador
pronto. Para este escenario ya había una planificación en marcha.
La gran diferencia entre las corporaciones de oriente y los
extranjeros es que unos ya estaban allí y otros tuvieron que entrar
por algún sitio, una de las estrategias era poder tener un control
de este nuevo ejército que lentamente estaba inundando oriente, Sun
Tzu les dio la oportunidad de ingresar, pero su costo fue, ser
codificados dentro de esta gran muralla, así como un emperador años
atrás les pago enterrando a sus constructores como cimientos de la
misma, Sun Tzu los tenía donde quería, reunió a su nuevo ejército
y preparo su propia guerra, aún estamos a la espera del resultado y
son pocos los que se aventuran a llegar al lado del general Sun Tzu.
Será este el nacimiento de un nuevo control mundial o el futuro nos
tiene deparada alguna sorpresa, algún día lo sabremos.
Fin de la
transmisión.
Gottfried Semper (Por Eric Ronnen)
(Hamburgo, 1803 - Dresde, 1850), arquitecto
civil y primer presidente de la República de Sajonia.
Nacido en el seno de una familia de Hamburgo que pudo costearle una
buena educación, el joven Semper demostró un vivo interés por las
ciencias exactas, las cuales estudió en la universidad de Gotinga
hasta los 22 años. Esta base le permitió viajar más tarde a
Munich, donde obtuvo el título de arquitecto bajo las enseñanzas de
von Gärtner, el cual le recomendó ante el afamado Franz Christian
Gau, quien le tomó como discípulo en París en 1826. Allí además
tomó interés por la ingeniería civil, maravillado por el complejo
sistema de alcantarillados del que disponía la ciudad, y que más
tarde en su vida supondría un hito ineludible de la biografía de
este personaje. Según recuerda Semper en sus memorias, “la
estancia en la capital abrió sus ojos a un mundo que desconocía,
uno de sofisticación y crudeza a partes iguales”.
Probablemente, este último punto quedó grabado en sus recuerdos
debido a la destructiva Revolución de Julio de 1830, la cual lanzó
a la capital a un mes y medio de caos absoluto y que se saldó con la
muerte de varios miles de ciudadanos que protestaron violentamente
contra la monarquía. Aunque Semper no participó en la revuelta,
ciertamente ésta influyó en él, y fue el inicio de su compromiso
político, el cual se materializó desde el momento en que obtuvo una
plaza como profesor de arquitectura en la Escuela Independiente de
Alta Enseñanza de Dresde. El clima político reinante en la ciudad
del Elba, joya cultural e industrial del reino de Sajonia, le
permitió poner en común las ideas republicanas traídas de Francia
con muchos intelectuales de su época, siendo elegido con poco más
de 31 años, en 1834, miembro de la Junta Cívica. Semper contrajo
matrimonio dos años después con Wilhelmina Heubner, con la cual
tuvo dos hijos, ninguno de los cuales llegó a cumplir los 12 años,
falleciendo a causa de una epidemia de fiebre escarlata en el
invierno de 1848.
La floreciente ciudad, que en 1836 sufrió la muerte del rey elector
Anton, y su sucesión por su sobrino Johann, supuso una serie
ininterrumpida de oportunidades para el arquitecto, que empezó
pronto a labrarse un nombre con una de sus obras más recordadas, la
Sinagoga de Dresde, inaugurada en 1840, a la cual siguió un año
después la que a día de hoy se considera una de las obras maestras
del neorenacentismo germano, el edificio de la ópera, que quedó
unido a su creador con la designación popular de Ópera Semper.
El ahora asentado y renombrado arquitecto pasó en esta época por
una nueva crisis debido a acontecimientos ajenos a su control, aunque
en esta ocasión éstos sucedieron a gran distancia de él, al menos
en sentido físico, no así emocional: el gran incendio de su ciudad
natal en 1842, supuso, en sus propias palabras en una carta a su
maestro Gau ese mismo año “el repentino convencimiento de que sus
obras, Dresde y todo lo que en ella había habrían de ser un día
pasto de las llamas para desaparecer [...] sin dejar rastro”.
Semper viajó de vuelta a Hamburgo para ayudar a la reconstrucción
con sus diseños, y volvió 7 meses después de Dresde con nuevas
ideas que propuso aplicar allí para evitar la desolación que venía
de presenciar. El río Elba, se dijo, cruzaba ambas ciudades, y se
podía aprovechar para protegerlas. Rápidamente contactó con
expertos en hidráulica de las distintas instituciones científicas
locales para elaborar un ambicioso proyecto para dotar las calles y
plazas con sistemas de bombeo que permitieran traer el agua hasta
cotas mayores y distancias considerables, cubriendo todas las zonas
posibles con una red de tuberías y estaciones direccionales para
dispensar agua fluvial a alta presión en los focos incendiarios
antes de que éstos se expandieran lo suficiente para resultar
incontrolables. A lo largo de los siguientes 6 años, Dresde fue
recibiendo, no sin diversos impedimentos y varios rediseños, lo que
desde entonces fue conocido de manera colectiva como el Canal de
Semper. Paradójicamente, estas defensas fueron usadas precisamente
para evitar que un fuego de otro tipo bien distinto se apagara.
Alentada por las distintas demostraciones que tuvieron lugar en casi
todos los estados germánicos, Dresde también tuvo su propia
revolución en 1849, conocida como el Alzamiento de Mayo. Numerosos
miembros de la Junta Cívica, entre ellos el propio Semper, exigieron
al monarca la aceptación de una constitución que transformaría el
estado en una monarquía parlamentaria real, a diferencia de la
existente, la cual estaba fuertemente supeditada al soberano. Éste
se negó, ordenando sin éxito a la guardia de la ciudad que tomara
presos a los revolucionarios, ya que el cuerpo municipal se puso de
parte de éstos. El rey elector Johann se vio así obligado a
recurrir al ejército, lo cual hizo que la situación escalara
rápidamente, involucrando a la población, que comenzó a formar
barricadas al comprender que podían ver frustrados sus anhelos,
reflejados en la actuación de los representantes civiles, si los
militares tomaban la ciudad.
Sin embargo, ciudadanos de una de las barreras improvisadas que no ha
podido ser determinada con exactitud debido al desconcierto reinante,
ante el avance de las tropas, decidió contraatacar aprovechando las
defensa hidráulicas: modificaron los sistemas de bombeo de manera
apresurada para que apuntaran, no a los edificios, sino a las calles,
y repelieron sistemáticamente la que consideraban como una invasión.
Las noticias rápidamente se extendieron, y otras barricadas
empezaron a replicar estas actuaciones. De manera inesperada, el
Canal de Semper se convirtió en la mejor defensa de la ciudad, lo
cual sorprendió enormemente al propio arquitecto, que nunca hubiera
pensado, como reconoció en el tomo inacabado de sus memorias, que
pudieran usarse de esta manera. Ante la imposibilidad de los soldados
de superar las barricadas, el Rey Elector Johann cedió a la
abdicación a los tres días.
Semper fue designado
como presidente provisional de la república que fue proclamada
inmediatamente por petición popular, aunque tras los meses iniciales
decidió continuar su servicio público en la Junta Civil, sintiendo
que se sentía más cómodo pudiendo contribuir a una escala más
reducida. Aún ostentaba su puesto en el consejo municipal cuando en
una noche de diciembre de 1850 un grupo de antiguos defensores del
viejo régimen le capturaron en la calle. Sabiendo de sus intenciones
y aún muy afectado por la muerte de sus hijos sólo dos años antes,
no opuso resistencia, como más tarde saldría a la luz. El propio
Semper pidió únicamente ver una vez más el edificio de la Ópera,
que siempre fue su obra más querida, antes de morir. La petición
sorprendió tanto a sus verdugos, que accedieron, ejecutándole de un
disparo sobre el puente de Augusto, desde el que cayó contemplando
la reconocible silueta nocturna del edificio, cuentan, sin cerrar los
ojos hasta que las heladas aguas le hicieron desaparecer.